Después de que Cuba estrenase un nuevo presidente la semana pasada con la llegada del mandato de Miguel Díaz-Canel; su homólogo boliviano, Evo Morales, se ha apresurado en ser de los primeros en acudir a la Isla, al igual que había hecho incluso con mayor celeridad otro de los principales aliados del Gobierno del país caribeño: el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Después de que Cuba estrenase un nuevo presidente la semana pasada con la llegada del mandato de Miguel Díaz-Canel; su homólogo boliviano, Evo Morales, se ha apresurado en ser de los primeros en acudir a la Isla, al igual que había hecho incluso con mayor celeridad otro de los principales aliados del Gobierno del país caribeño: el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Como «hermano Miguel» se refirió el presidente del país andino al primer presidente no apellidado Castro en casi 60 años de historia de la Isla. Además expresó la voluntad de su Gobierno de ratificar que su alianza política con Cuba va mucho más allá de los cambios que se han producido en las más altas esferas del poder político tras la la sesión constitutiva de esta IX Legislatura.
De hecho, según recoge la prensa oficial del país caribeño, Morales argumentó durante su visita oficial que con ella buscaba ratificar «la confianza al nuevo jefe de Estado y de Gobierno de Cuba». Y, para ello, señaló que incluso tiene previsto «nuevos planes que continúen el legado del líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz».
En esta línea, Morales adelantó que dialogó con Díaz-Canel acerca de la posibilidad de impulsar un programa social similar al conocido como Misión Milagro; una iniciativa ideada por Fidel Castro y Hugo Chávez, que ha consegido devolverle la vista a millones de personas ciegas y sin recursos de más de una treintena de países.
Es decir, un programa que serviría a Cuba para continuar ampliando la que es ya su primer área de actividad económica: las contraprestaciones que recibe de otros Gobiernos por la prestación de servicios profesionales, esencialmente de aquellos relacionados con el ámbito de la Salud. Además, este nuevo desarrollo tendría escala regional.
De esta forma, según señaló Morales, el objetivo podría ser, «por ejemplo, combatir el cáncer», conforme a los «propósitos de intercambio e impulso a mecanismos de integración regional manifestados en el ámbito de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América» Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP)».
