El Consejo de Estado de Cuba convocó ayer una sesión especial de su única cámara legislativa, la Asamblea Nacional del Poder Popular, para iniciar a partir de este sábado los trabajos que han de conducir a una reforma constitucional en el país caribeño; que, inicialmente, quedarán a cargo de una comisión de legisladores.
El Consejo de Estado de Cuba convocó ayer una sesión especial de su única cámara legislativa, la Asamblea Nacional del Poder Popular, para iniciar a partir de este sábado los trabajos que han de conducir a una reforma constitucional en el país caribeño; que, inicialmente, quedarán a cargo de una comisión de legisladores.
Se espera así que dicha comisión quede nombrada a partir de este 2 de junio con el mandato explítico «de elaborar y presentar el proyecto de Constitución de la República». Una labor que no se espera que incluya cambios significativos en el sistema político de la Isla, pero sí que introduzca aspectos como el reconocimiento de la pequeña propiedad privada o la limitación de mandatos.
En este sentido, se vendrían a consagrar como Ley las decisiones ya adoptadas durante el mandato presidencial de Raúl Castro, quien estableció la limitación de los cargos políticos y partidistas a dos mandatos consecutivos. Un aspecto ratificada por los dos últimos congresos del Partido Comunista Cubano (PCC), pero que nunca se ha llevado a la legislación oficial de la Isla.
Quizá por ello, tanto durante el último congreso del Partido, celebrado en 2016, como durante el discurso que Castro realizó como despedida de la Presidencia el pasado mes de abril; el líder histórico ya había anunció la reforma de la actual Constitución que lleva sin ser modificado desde 2002. Previamente, el texto, que data de 1976, ya había sido sometido a otra modificación parcial en 1992.
También podría haber cabida en la nueva Carta Magna para demandas de grupos de la sociedad civil como el reconocimiento de la igualdad de derechos para la comunidad LGTBI, lo que incluiría el matrimonio entre personas del mismo sexo; una posibilidad vedada por la actual Constitución que define ahora a dicha institución como la unión entre un hombre y una mujer.
En cualquier caso, tras los trabajos previos, el nuevo texto habrá de ser sometido a un referéndum público como sucedió con la aprobación en 1976 de la actual Constitución. Un requisito que las autoridades cubanas cuentan superar con holgada suficiencia.
