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Las personas importantes en Cuba no deben comer langosta

Langosta

Todavía quedan cubanos en Miami que le retiran el micrófono o el pincel a quien cante o pinte en la isla y luego desee hacerlo en el estado de la Florida.

Y mucho menos invitar al festejo culinario porque pagarán justos por pecadores. Vean lo que le ha sucedido a la española Pastora Soler por ir a la mesa y engullirse una langosta a la plancha junto a Mariela Castro, hija del general de Ejército Raúl, número uno del partido comunista en Cuba. Mientras el codiciado animalito bajaba, la foto subía a las redes sociales para comenzar a dar volteretas por este mundo hasta llegar a la cercana ciudad de Miami donde, ipso facto, le fue cancelado un concierto este pasado sábado.

La cantante sevillana estaba de visita en La Habana para participar en unas jornadas anti homofóbicas convocadas por Mariela, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y de esta pequeña y breve historia se pudieran desprender múltiples moralejas.

El codiciado crustáceo, imposibilitado de tocar con sus antenas la casa de un cubano y, hoy por hoy, signo de elevado abolengo en la isla, debería comportarse mejor cuando se encuentre en sociedad. Esto, que lo anoten los famosos para evitar futuros contratiempos.

La nueva mala para Pastora no fue tanto por comerse la langosta porque igual hubiera sucedido si el plato fuerte era un simple huevo frito. Por desgracia, todavía quedan cubanos en Miami que le retiran el micrófono o el pincel a quien cante o pinte en la isla y luego desee hacerlo en el estado de la Florida.

De cualquier forma, cuidado con ella. Es deliciosa y peligrosa.

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