La crisis por la falta de harina de trigo en Cuba, que provocó una aguda escasez de pan y otros derivados en las tiendas de la isla, va cediendo paulatinamente aunque aún la demanda es superior a la oferta.
La crisis por la falta de harina de trigo en Cuba, que provocó una aguda escasez de pan y otros derivados en las tiendas de la isla, va cediendo paulatinamente aunque aún la demanda es superior a la oferta.
Ello llevó a muchas amas de casa e incluso productores del emergente sector privado a desempolvar las recetas ya olvidadas de los negros años del llamado período especial, cuando desapareció casi todo, incluyendo la harina.
En aquellos momentos dos tubérculos que abundan en la isla, la yuca y el boniato, se convirtieron en la tabla de salvación para muchos preparados a base de harina de trigo y dieron como resultado algo parecido al pan pero con un color y un sabor un tanto diferentes que delataban que las materias primas no eran las de siempre.
Dicen en radio bemba que si algo tiene el cubano es que no se queda de brazos cruzados y si entonces se inventaron las croquetas y los churros de yuca, o el pan de boniato, ahora han reaparecido en muchas mesas y todo indica que se mantendrán discretamente en el menú mientras no se resuelva definitivamente la escasez de harina de trigo.
Es algo histórico, dicen muchos cubanos, y recuerdan un refrán que viene desde los muy lejanos años de la colonización española: ?Cuando no hay pan, se come casabe?.
