“Ese es el viaje de mis sueños”, le confesó a la afamada publicación. “En términos de que podamos ir, está llegando”, confesó.
La pasión gringa por subirse a uno de esos autos no tiene límites. De todos los extranjeros que visitan Cuba, son los estadounidenses los más encaprichados en pasear por los siete kilómetros de Malecón en un convertible original o ese otro que soplete de por medio su dueño lo ha convertido en descapotable.
A finales del siglo pasado visitó Cuba el presidente de la Cámara de Comercio del vecino país. A la pregunta de qué quedaría para ellos si llegaban tarde al mercado insular, hizo gala del humor y prepotencia gringos, y entre otras aspiraciones fundamentadas por cierto, aclaró que podrían dedicarse a comprar todos los coches “Made in USA” que rodaban por el país.
Los deseos de Jordan podrían hacerse realidad a partir de este 4 de noviembre. Con Joe Biden en la Casa Blanca, el sueño cobra matices de realidad. En cambio, si el de la corbata roja, se mantiene en ella, entonces tendrá que seguir soñando despierto, variante más dañina que la otra y en la que los desengaños son muy frustrantes, como fallar en un tiro libre con el marcador empatado.