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El aumento de precio de algunos productos de la libreta crea cierta inquietud a los cubanos de a pie

En 15 días...

Algunos ecos de descontento social están trascendiendo en los últimos tiempos desde las siempre herméticas fronteras informativas cubanas. Con muchos matices. Algunos ecos de descontento social están trascendiendo en los últimos tiempos desde las siempre herméticas fronteras informativas cubanas. Con muchos matices. Una vez más, los precios de los productos básicos aparecen relacionados con esos atisbos de desazón que empiezan a emerger entre la población de a pie. Quizá tras abolirse la libre circulación del dólar y después de la revalorización del peso convertible frente a las divisas internacionales, se inició el lógico proceso de ajuste en los precios, normados y liberados, de algunos productos de alimentación de consumo habitual y diario. Y, por primera vez en décadas, las alzas, según se comenta con cierta sorpresa por La Habana, estarían teniendo lugar tanto fuera como dentro de la tradicional libreta (cartilla de nacionamiento).

Cierto que las cuotas personalizadas, tan socorridas para los ciudadanos, han mejorado en calidad y cantidad, pero tras la inclusión de dos huevos mensuales más y otro kilo de arroz, junto a la novedad que supone la venta en las bodegas de una nueva mezcla de café con el 100% de este grano (antes contenía un 40% de chícharos), el coste se ha visto aumentado en un 148%. Y en sólo en dos meses.

En paralelo, entre abril y mayo, los sueldos de los habitantes de la Isla han experimentado también fuertes subidas, como la del 125% del salario mínimo o la del 42,8% aplicada a las pensiones. Alzas notables que el propio Gobierno consideraba necesarias hasta el punto de aumentar significativamente el dinero en circulación, pero que también reconocía moderadas a pesar de su brillante cuantía porcentual ante las dificultades por las que pasa buena parte de la ciudadanía. Es evidente que al referirnos a los precios de los productos de la “canasta básica” estamos hablando siempre de cantidades muy reducidas y, subidas aparte, siempre muchísimo más asequibles en la venta normada que en los mercados libres. Y, sin embargo, parece que algunos cubanos medios ven cada vez menos asequibles estos precios.

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