En declaraciones a la agencia Prensa Latina, el secretario general del sindicato tabaquero de Cuba, Bernardo Oliva, asegura que la calidad de las 34 marcas de tabaco cubano premium que se distribuyen actualmente en el mundo no está en cuestión entre los círculos más exquisitos de fumadores, aunque reconoce que el embargo estadounidense mantiene a los productos de la Isla fuera del mayor mercado potencial que existe en este momento. Oliva afirma también que ahora en la mayor de las Antillas se impulsa la producción mecanizada para no perder la franja más popular de los consumidores potenciales. En declaraciones a la agencia Prensa Latina, el secretario general del sindicato tabaquero de Cuba, Bernardo Oliva, asegura que la calidad de las 34 marcas de tabaco cubano premium que se distribuyen actualmente en el mundo no está en cuestión entre los círculos más exquisitos de fumadores, aunque reconoce que el embargo estadounidense mantiene a los productos de la Isla fuera del mayor mercado potencial que existe en este momento. Oliva afirma también que ahora en la mayor de las Antillas se impulsa la producción mecanizada para no perder la franja más popular de los consumidores potenciales.
-¿Considera que Cuba ha conseguido mantener entre los fumadores la percepción de la alta calidad que tienen sus cigarros puros?
-Creo que no hace falta extenderse de masiado para hablar de la calidad reconocida que han tenido y tienen los puros cubanos en este sector. Es obvio que los habanos son los mejores cigarros del tipo premium que pueden, hoy por hoy, fumarse en el mundo. Este tipo de tabaco es muy selecto, se trata de cigarros hechos a mano y de alta calidad . El mercado total de puros incluye unas ventas de unos 14.800 millones de puros y de ese total sólo 440 millones son del tipo premium. De modo que el 90% del tabaco que se comercializa en todas partes proviene de un modelo de fabricación mecanizado, lo que explica perfectamente la diferencia de precio entre unos y otros. Mientras que un premium artesanal puede costar alrededor de siete dólares, un cigarro realizado con fabricación mecanizada vale unos 60 centavos. Además, los fumadores más exigentes en el planeta prefieren los cigarros habanos por la tradicional combinación de factores como el clima, la calidad del suelo y la experiencia, más que probada de los productores.
-¿Cómo incide en la actualidad el embargo estadounidense en el desarrollo de la industria tabaquera cubana?
-Tiene impacto. Según los datos, de los 440 millones de tabacos tipo premium que se fuman cada año en el mundo, unos 250 millones se consumen en EEUU. Es decir, más de la mitad del total. Pero la Isla cuenta en este momento con el 77% de la cuota del mercado internacional, sin considerar la parte correspondiente a los estadounidenses donde por culpa del embargo la presencia no es la que podría ser. Aun así, los puros cubanos se venden en 100 países de todos los continentes donde se distribuyen unas 34 marcas de tabaco premium. Para conseguirlo, trabaja cada día un entramado de 45 empresas (16 agrícolas, ocho agroindustriales, diez de tabaco torcido, cuatro de cigarrillos y siete de servicios y comercialización). Además, en la mayor de las Antillas tampoco se descuida a los consumidores que no se decantan por los tabacos premium. Ahora, en el sector también se está retomando con fuerza la producción de puros mecanizados. Es conveniente, tratar de satisfacer, si se puede, tanto los gustos como las posibilidades económicas de los consumidores potenciales.
-¿Cree usted que ha descendido significativamente en los últimos años el número de fumadores de la Isla?
-Según nuestros datos, Cuba sigue siendo un país de fumadores, a pesar de las insistentes campañas antitabaco que se realizan y de las alertas médicas que se le han dado a la población. En la Isla se consumen 12.000 millones de cigarrillos al año. Son muchos, aunque no si se considera que cada 285 días se fuman en el mundo unos 5.000 billones. Cerca de 15.000 millones diarios. En fin, el mercado nacional es muy importante para nosotros. En el sector operan ahora mismo unas 100 fábricas de torcido. La mitad se dedican a elaborar cigarros para la exportación y la otra mitad atienden al mercado interno. Hay también dos industrias de fabricación mecanizada, y otras fábricas que elaboran las cajas para los envases y que producen cigarrillos. Estamos hablando de un país de fumadores, pero más que de eso de un país en el que la industria tabacalera tiene una gran importancia, porque en ella trabajan alrededor de 200.000 personas, si incluimos junto a los productores a sus familiares y a otros colectivos, como los estudiantes, que ayudan a recoger la cosecha.
