Lenta, pero inexorablemente, La Habana continúa con el proceso de subidas en los precios de los productos y servicios subvencionados que los ciudadanos pagan en pesos cubanos, que inició hace unos meses con el retoque al alza del coste para el consumidor de los productos incluidos en la cartilla de racionamiento y que también ha incluido un encarecimiento de la tarifa eléctrica. Lenta, pero inexorablemente, La Habana continúa con el proceso de subidas en los precios de los productos y servicios subvencionados que los ciudadanos pagan en pesos cubanos, que inició hace unos meses con el retoque al alza del coste para el consumidor de los productos incluidos en la cartilla de racionamiento y que también ha incluido un encarecimiento de la tarifa eléctrica.
Ahora le ha tocado el turno al transporte interurbano por carretera, cuyos precios han subido de promedio casi un 150%, incremento que en algunas rutas, como la que une a La Habana con Santiago de Cuba, se ha elevado hasta el 275%, al pasar el precio del billete de 40 a 150 pesos cubanos. Algunos analistas creen que en esta última subida de precios se combinarían dos objetivos: el puramente económico de acercar al consumidor el coste del servicio ofrecido a su precio real y también introducir un cierto desestímulo en el movimiento de personas entre las provincias y la capital del país.
La subida ha coincidido con el cambio experimentado por la flota de autocares que se ha renovado casi por completo, gracias a la oportuna llegada de las nuevas unidades de transporte interubano por carretera fabricadas en China.
Y también con la aparición en las bodegas y los supermercados en divisas de muchos productos agroalimentarios, como carne de cerdo enlatada, procedentes de este país asiático, algo bastante inusual hasta ahora en la mayor de las Antillas, donde se han relacionado siempre los productos de fabricación China con la industria textil, la tecnología de consumo masivo o los electrodomésticos.
