La muerte del preso político cubano Orlando Zapata Tamayo tras una prologada huelga de hambre ha dado lugar a una oleada de reacciones en Europa que ha involucrado tanto a las instituciones como a la sociedad civil. La muerte del preso político cubano Orlando Zapata Tamayo tras una prologada huelga de hambre ha dado lugar a una oleada de reacciones en Europa que ha involucrado tanto a las instituciones como a la sociedad civil. En el Parlamento Europeo, tras un inusual pacto entre socialdemócratas y conservadores, los diputados han votado a favor de una dura resolución condenatoria que ha molestado especialmente a La Habana. Además, muchas personalidades significativas han firmado el manifiesto ‘Yo acuso al Gobierno cubano’, una iniciativa en Internet de la disidencia en el exterior que ha permitido, por ejemplo, que algunos intelectuales destacados como Pedro Almodóvar, Ana Belén o Víctor Manuel, que en el pasado siempre apoyaron de una u otra manera al régimen de los hermanos Castro, se hayan unido ahora a esta reprobación, casi universal, de algunos de lo métodos utilizados por un sistema que no destaca precisamente por demostrar demasiado respeto a los derechos humanos. De momento, otro opositor, el periodista Guillermo Fariñas mantiene una segunda huelga de hambre aunque, en este caso, sí se le han proporcionado desde el primer momento las atenciones médicas.
En todo este proceso, resulta curioso el sonoro silencio, oficioso y oficial, que se ha producido en EEUU. Al otro lado del estrecho de la Florida las reacciones se han limitado a una débil petición de que se liberen a todos lo presos políticos en el ejercicio de una moderación de la que parecen haberse contagiado hasta algunas organizaciones de la industria anticastrista de Miami. Sí se han producido, en cambio, algunos avances en lo referente a la suavización del embargo, como una votación parlamentaria favorable a la liberalización de los viajes, con apoyo de demócratas y republicanos y que se produjo el mismo día en que se hacía oficial el fallecimiento de Zapata o la aprobación de que los pagos que Cuba realiza tras las importaciones de alimentos estadounidenses puedan completarse tras la descarga de la mercancía en el puerto de destino. Una petición que las autoridades de la mayor de las Antillas hicieron hace más de un lustro y que mejora las condiciones de este flujo comercial.
