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La Cumbre del Movimiento No Alineado terminó en La Habana según lo previsto

En 15 días...

Ya se ha celebrado en La Habana la Cumbre del Movimiento de los No Alineados, el primer gran evento que tiene lugar en Cuba con Fidel Castro recluido en su habitación del hospital, recuperándose de la grave enfermedad que le ha obligado a ceder de forma temporal el poder. Ya se ha celebrado en La Habana la Cumbre del Movimiento de los No Alineados, el primer gran evento que tiene lugar en Cuba con Fidel Castro recluido en su habitación del hospital, recuperándose de la grave enfermedad que le ha obligado a ceder de forma temporal el poder. Además, en contra de lo que esperaban algunos expertos en la Isla, el líder cubano ho hizo acto de presencia en los eventos oficiales. Su actividad se limitó, según las versiones publicadas por la prensa cubana, a la recepción de un grupo de selectos mandatarios.

La “macroreunión” de países transcurrió dentro de los cauces previstos y ha servido para consagrar a Chávez como el más que probable heredero de Fidel en el liderazgo panamericano, y quizá mundial, de los sectores progresistas situados más a la izquierda y de la lucha contra el imperialismo del peligroso enemigo estadounidense.

De hecho, la idea del rechazo al unilateralismo de EEUU quedaría relfejada en la declaración final, aunque de forma muy tibia por la presencia en el grupo de algunas naciones que mantienen fuertes lazos con Washington. Hasta el punto que la crítica tuvo que ser compatible con una declaración de apoyo, muy matizado, eso sí, a los actuales gobiernos de Irak y Afganistán que fue impulsada con decisión por la India.

La semana del evento se caracterizó también por una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad en las calles y se saldó sin ningún incidente reseñable.

Uno de los temas más comentados por los observadores es la muy dosificada presencia del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, en la Cumbre, al menos en lo aparente. El ministro de Exteriores leyó los discursos de bienvenida y adiós, dos intervenciones de carácter muy formal sin demasiado contenido.

De hecho, las dos grandes intervenciones puramente políticas de la delegación cubana corrieron a cargo de Raúl Castro, el actual mandatario temporal, y de Carlos Lage. Un hombre que, al menos de cara al exterior, parece recobrar estos días parte del protagonismo que había perdido hace unos años, en favor de otros políticos más jóvenes.

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