En un momento en el que el Partido Comunista de Cuba (PCC) se encuentra en un periodo de reordenamiento, la celebración del VI Congreso del Partido se revela como un evento de vital importancia para clarificar el rumbo que seguirá la política cubana. En un momento en el que el Partido Comunista de Cuba (PCC) se encuentra en un periodo de reordenamiento, la celebración del VI Congreso del Partido se revela como un evento de vital importancia para clarificar el rumbo que seguirá la política cubana. Las informaciones al respecto son confusas. Mientras medios internacionales han situado la fecha del Congreso a finales de este año o comienzos del 2008, otras fuentes consultadas por este medio afirman que dentro del PCC no se oye hablar de ningún Congreso.
A pesar de ello, hay signos evidentes de que las cosas están cambiando dentro del PCC. Los miembros del aparato político deben adaptarse a una nueva etapa y definir las líneas de un partido que tiene la tarea de luchar contra la corrupción y las ilegalidades a la vez que da continuidad a la labor de Fidel Castro.
Un trabajo este que ha llevado a las cabezas de partido a reunirse con toda su militancia, un hecho nunca visto antes, para ver qué es lo que no funciona.
El VI Congreso debería elegir al presidente del partido y al vicepresidente. La ausencia de un líder verdaderamente fuerte dentro del partido o la incertidumbre de si un nuevo poder surgirá de las jóvenes generaciones hacen que quepan toda clase de dudas acerca de lo que la nueva política traerá.
