El verso suelto que parece suponer para el Gobierno, el ministro de Cultura, parece gozar de buena salud… política

Algunos analistas internacionales conocidos por su preocupación relacionada con los asuntos de la Isla, llevan tiempo considerando que el Gobierno interino de Raúl Castro, y tanto si Fidel vuelve a tomar el poder como si no, tiene limitado por sí mismo la capacidad de vuelo y va a intentar seguir haciendo lo que ha hecho hasta ahora desde que el 31 de julio se produjo la cesión temporal: gestionar el día a día sin sobresaltos y, si acaso, profundizar en la mejora de la productividad, la reducción del absentismo laboral y asegurarse de que la necesidades básicas de la población estén más o menos cubiertas mientras tanto. Algunos analistas internacionales conocidos por su preocupación relacionada con los asuntos de la Isla, llevan tiempo considerando que el Gobierno interino de Raúl Castro, y tanto si Fidel vuelve a tomar el poder como si no, tiene limitado por sí mismo la capacidad de vuelo y va a intentar seguir haciendo lo que ha hecho hasta ahora desde que el 31 de julio se produjo la cesión temporal: gestionar el día a día sin sobresaltos y, si acaso, profundizar en la mejora de la productividad, la reducción del absentismo laboral y asegurarse de que la necesidades básicas de la población estén más o menos cubiertas mientras tanto. En esa línea se han situado casi todas las decisiones tomadas por Raúl y su equipo en este periodo. Desde los cambios de ministros a la introducción de los estímulos de pago por tiempo o la ampliación de horarios recién establecidas. Sólo su constante enfrentamiento político con los ‘jóvenes probeta’, el grupo de líderes cercano a Fidel que puso en marcha la llamada “Revolución de las Ideas”, se ha salido del guión. Esta fuerza en su momento ascendente, también conocida como los ‘jóvenes talibanes’ ha retrocedido con Raúl, quizá porque ni en las Fuerzas Armadas ni en el viejo aparato comunista se les veía con agrado. Y no han puesto ningún problema para replegarse ordenadamente a esperar tiempos mejores. Algo que, sin embargo, no ha hecho el ministro de Cultura, Abel Prieto, un francotirador solitario que ha mantenido su puesto gracias a la gestión que ha realizado en un Ministerio que había perdido claramente la orientación de punta de lanza de la difusión de la marca Cuba en el mundo. Según ‘radio bemba’, Prieto ha resistido, y resistirá, un cierto acoso político de sus críticos que también creían verle desvalido sin Fidel. El poco favorable tratamiento que en la TV cubana ha recibido el titular de Cultura, no parece haberle hecho mella. Algunos habaneros incluso lo califican como favorable para su larga y desgarbada figura.