La retirada temporal de Fidel Castro y la nueva mayoría parlamentaria que los demócratas ostentan desde el pasado mes de noviembre en EEUU son dos oportunidades para el lobby anti-embargo estadounidense que ha relanzado con fuerza sus actividades. La retirada temporal de Fidel Castro y la nueva mayoría parlamentaria que los demócratas ostentan desde el pasado mes de noviembre en EEUU son dos oportunidades para el lobby anti-embargo estadounidense que ha relanzado con fuerza sus actividades.
Pero ahora, acaban de ganar un aliado de espectacular potencia política, la Asociación Americana de Granjeros. La gran patronal de las empresas agroalimentarias estadounidense ha dado un paso al frente y se dispone a liderar un cambio legislativo que haga más fácil el flujo de comercio con Cuba en este sector, permitido desde 2001, gracias a una excepción humanitaria prevista en la legislación estadounidense. El primer envite ya está lanzado. La patronal agroalimentaria de EEUU patrocina un cambio legislativo con muchas posibilidades de prosperar.
En principio es moderado. Se trataría de que el Departamento del Tesoro autorizase a Alimport, la empresa cubana que se encarga de realizar las importaciones, a utilizar los servicios de la banca estadounidense para realizar los pagos.
En la actualidad estas transacciones deben abonarse a través de entidades de terceros países. El pago de estos intercambios tiene que realizarse en efectivo y antes de que los suministros abandonen el territorio estadounidense.
