La cesión temporal del poder que efectuo Fidel Castro en julio del pasado año ha agitado, casi como nunca a la comunidad cubanoamericana de Miami que además aparece cada vez más fragmentada. Los planes y las propuestas para una hipotética transición hacia la democracia en la Isla, florecen casi a diario desde distintos sectores atomizados y desagrupados, aunque dentro del maremagno, algunos observadores vuelven a ver dos tendencias, cada vez más diferenciadas. La cesión temporal del poder que efectuo Fidel Castro en julio del pasado año ha agitado, casi como nunca a la comunidad cubanoamericana de Miami que además aparece cada vez más fragmentada. Los planes y las propuestas para una hipotética transición hacia la democracia en la Isla, florecen casi a diario desde distintos sectores atomizados y desagrupados, aunque dentro del maremagno, algunos observadores vuelven a ver dos tendencias, cada vez más diferenciadas.
Están por supuesto, los radicales del anticastrismo, cuya última propuesta, al menos hasta el cierre de esta edición, viene firmada por Unidad Cubana, un colectivo heterogéneo cuya cabeza visible es un locutor muy popular en Miami: Armando Pérez Roura, que trabaja ahora en Radio Mambí. Entre sus ideas se incluye la puesta en vigor de la Constitución cubana de 1940 y la creación de un tribunal que juzgue los crímenes de los comandantes históricos de las Fuerzas Armadas cubanas. Eso sí, aseguran que todos los habitantes de la Isla podrán seguir viviendo en las casa en las que ahora habitan.
Otra de las iniciativas que ha vuelto al primer plano, más realista, es la que defiende el Cuba Study Group de Carlos Saladrigas, cabeza visible del grupo moderado. Saladrigas considera que el embargo y el aislamiento sólo benefician al actual sistema, defiende la política de España en la Isla y ofrece ayuda financiera negociada con el actual Gobierno para los empresarios privados de la Isla.
