Uno de los elementos más curiosos que ha rodeado la reciente celebración de la Cumbre Iberoamericana de Santiago ha sido el comportamiento “oficioso” de Cuba en el episodio por el que probablemente se recordará este evento que se produjo cuando el Rey de España mandó callar a Chávez. Uno de los elementos más curiosos que ha rodeado la reciente celebración de la Cumbre Iberoamericana de Santiago ha sido el comportamiento “oficioso” de Cuba en el episodio por el que probablemente se recordará este evento que se produjo cuando el Rey de España mandó callar a Chávez. Alrededor de este asunto se han publicado hasta ahora cuatro “Reflexiones del Comandante” firmadas por Fidel Castro en su espacio habitual de Granma. En la primera de ellas, con fecha del 10 de noviembre, no hay referencias ni a España ni a su monarca. Sí hay, sin embargo, un apoyo manifiesto al enfrentamiento de Chávez con Europa Dos días después, en la reflexión titulada “El debate de la Cumbre”, el Fidel columnista sube un poco el tono de sus críticas a Juan Carlos I y al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero Aunque no tanto como hará tres días después en otra reflexión donde también aparecen anécdotas concretas que muestran la malignidad de José María Aznar. La serie termina, por ahora, con otro escrito del 19 de noviembre, en el que se narra la anécdota de que Fidel llamó por teléfono a Chávez en pleno rifirrafe para mostrarle que se sentía orgulloso de su parlamento. Pero el venezolano no pudo escuchar la llamada cuando Carlos Lage le pasó el teléfono.
Algunos observadores internacionales, con cierta experiencia en los recovecos habaneros apuntan como hipótesis probable del proceso de estos artículos una posible presión de Chávez sobre Cuba para conseguir que La Habana proporcionara un apoyo nítido y sin fisuras a su actuación fuera de programa en Santiago. Si las aguas de la diplomacia internacional son tradicionalmente procelosas siempre, todavía resulta más complicado hallar una mínima claridad en lo que respecta a la actual relación entre la Isla y Venezuela. Y quizá por eso estas hipótesis, no necesariamente ciertas, cobren tintes de posible verosimilitud a los ojos de algunos observadores.
En cualquier caso, estos artículos que llevan la firma de Fidel Castro sobre el episodio entre Chávez y el Rey de España tienen un valor más que notable para la imagen del dirigente bolivariano ante su parroquia en vísperas de la votación del referéndum sobre la reforma constitucional.
