Según una informacion publicada por Der Spiegel, el Gobierno alemán se dispone a enviar a Cuba a un alto funcionario del Ministerio de Economía alemán con el objetivo de restablecer las relaciones bilaterales entre ambos países. Según una informacion publicada por Der Spiegel, el Gobierno alemán se dispone a enviar a Cuba a un alto funcionario del Ministerio de Economía alemán con el objetivo de restablecer las relaciones bilaterales entre ambos países. Los lazos políticos quedaron suspendidos en 2003, cuando el país teutón aplicó las resoluciones adoptadas al respecto por la Unión Europea (UE).
Durante aquel año, Cuba aplicó varias penas de muerte y realizó una dura purga entre la disidencia que tuvo una dura contestación de Bruselas, preocupada por las violaciones de los derechos humanos realizadas por las autoridades de la Isla.
La revista asegura que la iniciativa ha sido adoptada, con la aprobación de la canciller Angela Merkel, por el ministro de Economía germano, Michel Gloss, que habría elegido como emisario en la Isla a Bernd Pfaffenbach, secretario del Ministerio y asesor habitual de la jefa del Gobierno en los asuntos relacionados con la economía internacional. Si los contactos diplomáticos en curso fructifican Pfaffenbach visitaría la mayor de las Antillas en el mes de febrero del próximo año.
Según el magazine, Alemania tendría interés ahora en establecer contactos económicos con La Habana para avanzar en proyectos comunes de fabricación de equipos médicos y también en invertir en la producción de níquel, con la creación de alguna nueva empresa mixta que opere en este sector.
La supresión de las relaciones políticas bilaterales no han impedido que en los últimos cuatro años el comercio entre ambos países haya aumentado considerablemente. Las exportaciones alemanas a Cuba se cuadruplicaron en ese período de tensión política: desde los 101 millones de euros de 2003 a los 412 millones de 2006. De hecho, la Isla mantiene desde hace muchos años importantes lazos económicos con Baviera, un estado gobernado tradicionalmente por los democristianos de tendencia más conservadora.
