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Internet en ‘El Romerillo’

Radio Bemba

La bola corrió por Radio bemba como la pólvora y, en menos de lo que canta un gallo, cientos de personas, la mayoría jóvenes, corrieron para ‘El Romerillo’, al oeste de La Habana, que es algo así como un barrio marginal, donde vive y tiene su estudio Kcho, uno de los pintores jóvenes más reconocidos y cotizados del momento, quien, además de promover la integración cultural de la comunidad, ahora ofrece acceso libre y gratis a Internet. La bola corrió por Radio bemba como la pólvora y, en menos de lo que canta un gallo, cientos de personas, la mayoría jóvenes, corrieron para ‘El Romerillo’, al oeste de La Habana, que es algo así como un barrio marginal, donde vive y tiene su estudio Kcho, uno de los pintores jóvenes más reconocidos y cotizados del momento, quien, además de promover la integración cultural de la comunidad, ahora ofrece acceso libre y gratis a Internet.

Y como era de esperar, en un país donde tener acceso a la red de redes es algo bastante difícil y mucho menos gratis, se armó la que se armó, con gente de todas partes de la ciudad, que con solo registrarse como invitado y escribir una contraseña, podían navegar todo el tiempo que quisieran.

El caso es que el pintor Alexis Leyva (Kcho), convirtió así, su Estudio Romerillo, con acceso las 24 horas mediante wifi, en el primer centro de Internet gratis e inalámbrido de Cuba, poniendo a disposición del público su conexión personal ADSL de 2 megas por segundo, que le confirió el Ministerio de Cultura.

Para Rafael, unos de los que corrió al llamado de la bola, “navegar así es una maravilla, pues yo vine solo por curiosidad, porque tengo internet en mi casa, pero solo mediante un modem y con una velocidad que nunca pasa de 50 kb por segundo”.

Kcho, por su parte, en declaraciones a algunos medios parece querer predicar con el ejemplo y llamó a las autoridades a “abrir el internet sin miedo. No hay por qué tenerle miedo. Estamos en Cuba, no en África del Norte. Los cubanos somos mambises. Alguien viene a tocarnos el país y la gente sale a preservarlo, como a la madre”. E insitió casi como llamando al combate: “El ciberespacio existe y hay que saber usarlo para defendernos de toda esa basura que anda por ahí. Lo primero que le digo a toda esa basura está escrito en la contraseña para conectarse: aquinoserindenadie”.

La frase ¡aquí no se rinde nadie, cojones! fue gritada a pleno pulmón por uno de los históricos de la Revolución Cubana, Juan Almeida, ya fallecido, poco después del desembarco del yate Granma, en momentos en que los expedicionarios, perseguidos por el ejército, estaban a punto de ser diezmados.

En realidad el servicio brindado por Kcho no es nuevo, pues La biblioteca Juan Almeida Bosque, de su centro cultural, ofrecía en tres máquinas el servicio de navegación desde 2013, pero solo desde las seis de la mañana a nueve de la noche, y ahora lo extendió a las 24 horas a todo el que llegue al área de cobertura por el servicio wifi.

Y lo de gratis es musical, pues la conexión la costea el propio Kacho y para ello lanza casi una declaración de principios: “Costó más caro educarme como artista y la Revolución lo hizo sin cobrarme. Esta wifi, este servicio, lo paga mi trabajo. La cifra no es importante. La formación que me dio el país fue para afrontar cualquier obstáculo, cualquier tarea, ser útil. Fui educado para eso. Ver esa gente conectada no tiene precio».

Y no se trata solo de brindar wifi, sino que ese servicio, al parecer formar parte de todo un mundo que Kcho de manera altruista y bien pensada ha ido levantando en El Romerillo.

Carlitos, uno de los tantos beneficiados, asegura que «No está a mi alcance pagar 5.00 CUC en un centro de Etecsa para poder chatear con mi padre que es cooperante en Venezuela y ahora puedo hacerlo casi todos los días y esa comunicación es un gran aliciente para él y para nosotros».

Muchos de los que van al lugar, afirman que utilizan la conexión principalmente para hacer contacto con sus familiares que viven en el extranjero o están en misiones oficiales durante meses, pero además, se enganchan, de paso, con las colecciones de la biblioteca, o con las actividades artísticas del centro cultural, incluso con las muestras de arte moderno, que la mayoría no entienden pero que, quizá por eso mismo les llaman la atención».

“La wifi es solo un punto más de lo que se ha hecho aquí para darle acceso a las personas a la cultura, la educación. Poner en este lugar obras de Wilfredo Lam, algunas nunca antes vistas, es también meritorio. Es verdad que muchos llegan aquí por la wifi, pero no puedes irte solo hablando de eso”, comenta Leysi Rubio, vocera del proyecto.

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