Raúl Castro ha anunciado que hasta finales de 2009 no se celebrará el VI Congreso del Partido Comunista, con más de diez años de retraso, ya que el último congreso del partido tuvo lugar del 8 al 10 de octubre de 1997. Raúl Castro ha anunciado que hasta finales de 2009 no se celebrará el VI Congreso del Partido Comunista, con más de diez años de retraso, ya que el último congreso del partido tuvo lugar del 8 al 10 de octubre de 1997. Sin embargo, el mandatario no parece dispuesto a esperar a esta fecha y en tan sólo un par de días ha comenzado a remodelar el Buró Político del partido. Sin previo anuncio público, Castro presidió la pasada semana el VI Pleno del Comité Central del Partido Comunista en el que Ramiro Valdés, comandante de la Revolución y ministro para la Informática y las Comunicaciones, ha sido elegido como nuevo miembro del Buró Político.
El pleno también ha nombrado como nuevos miembros del grupo a Salvador Valdés Mesa, secretario de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), y al general Alvaro López Miera. Con estos nuevos miembros en el equipo, que ahora tendrá 24 hombres al frente, y convencido de que «afianzar el papel del partido y las instituciones es vital para enfrentar los retos del futuro», Raúl Castro tendrá que definir en primer lugar si Fidel sigue siendo el primer secretario del Partido, algo que parece altamente improbable, según los expertos de la prensa internacional.
Normalmente, los congresos del Partido Comunista se llevan a cabo en Cuba cada cinco años. Sin embargo, el último tuvo lugar en 1997. El evento planeado para 2002 fue aplazado. Uno de los tema más importantes que se han tratado en el Pleno ha sido el nombramiento de José R. Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros, quien en lo adelante deberá controlar toda la actividad de los ministerios de Educación, Educación Superior, las universidades militares y otros centros educativos. Mientras el Partido Comunista se prepara para una nueva, aunque también lejana, etapa, Raúl Castro continúa con el goteo de reformas iniciadas a principios de año, esta vez con aumentos salariales y de pensiones e iniciando la venta formal de ordenadores, eso sí, sin acceso a Internet para los cubanos. A pesar de que la sustitución de Fidel se antoja altamente improbable, algunos observadores estiman que la convocatoria del congreso marca el fin del cambio de mando entre los dos hermanos.
