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Los cambios previstos en el modelo económico cubano tardaran en materializarse

En 15 días...

Los cambios anhelados por buena parte de la población cubana tendrán aún que esperar un tiempo. Los cambios anhelados por buena parte de la población cubana tendrán aún que esperar un tiempo. Esa es la conclusión que muchos analistas internacionales han formulado tras la lectura atenta del último discurso de Raúl Castro, pronunciado el pasado 26 de julio en Santiago de Cuba durante la celebración del histórico asalto al Cuartel de la Moncada que es, a la vez, el primero que realiza el mandatario tras su investidura oficial como presidente del Consejo de Estado de la Isla. El pasado año, en esta misma ocasión, cuando Raúl Castro todavía ocupaba este cargo de forma interina, el líder lanzó unos mensajes autocríticos sorprendentes en los que apuntaba la necesidad de introducir algunas tímidas reformas en el actual modelo económico cubano.

Doce meses después, las modificaciones introducidas parecen haber tenido un magro impacto en el tejido productivo, hasta el punto de que Raúl ha centrado su intervención en la urgente necesidad de aumentar la productividad en el país con referencias casi constantes a la traducción negativa que la crisis económica internacional puede tener en la ya deprimida actividad de la la isla caribeña. Y, aunque resulta obvio que existe una desaceleración mundial del crecimiento cuyas consecuencias afectan a la mayor parte de las naciones del mundo, también habría que considerar que la mayor de las Antillas no pudo, o no supo, aprovechar la bonanza global. En definitiva, este último discurso de Raúl Castro ha significado una decepción moderada para quienes pensaban que las nuevas autoridades de la Isla iban a emprender un tránsito más decidido por los terrenos de la reforma económica que necesita el país y un golpe de autoridad para quienes han mantenido que el concepto patrimonialista de la nación que tiene la cúpula habanera no ha desaparecido con el cambio de líder. Los más viejos del lugar se preguntan ahora si no será que Raúl se ha vuelto ‘fidelista‘.

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