La presidenta chilena, Michelle Bachelet, realizó la pasada semana una visita oficial a Cuba que, antes de hacerse realidad, ya estaba sembrada de polémica. La presidenta chilena, Michelle Bachelet, realizó la pasada semana una visita oficial a Cuba que, antes de hacerse realidad, ya estaba sembrada de polémica. La decisión de la mandataria de excluir las reuniones con disidentes, incluido Osvaldo Payá, ha desatado las tensiones en su coalición de gobierno. Los dirigentes del Partido Democristiano han forzado a dos de los diputados del grupo a rechazar la invitación que habían recibido para formar parte de la comitiva.
La visita sirvió al menos para que Cuba y Chile suscribieran un acuerdo de colaboración en biotecnología que prevé la transferencia tecnológica.
Otro de los momentos más seguidos por la prensa internacional fue la reunión que la mandataria mantuvo con el líder revolucionario Fidel Castro, horas después de haber rechazado «el bloqueo de EEUU contra Cuba» durante una reunión empresarial en el Hotel Nacional. En el encuentro participaron hombres de negocios chilenos y cubanos, a quienes exhortó a ampliar el comercio y las inversiones y a profundizar la cooperación bilateral.
La imagen del ex presidente cubano, le mostraba algo mejor de salud aunque, eso sí, ni una palabra sobre su paradero. La reunión entre ambos también debió incomodar en cierto modo a la mandataria, que tuvo que soportar las críticas de la oposición después de que Fidel mostrase en un artículo su postura en favor de Bolivia en el conflicto que mantiene con Chile por el acceso al mar.
Polémica aparte, la visita de la presidenta chilena ha tenido un marcado carácter simbólico, ya que fue la primera de un gobernante de su país a la Isla en 37 años desde el fallecido Salvador Allende. Bachelet es la cuarta gobernante latinoamericana en viajar a Cuba este año, después del panameño Martín Torrijos, el ecuatoriano Rafael Correa y la argentina Cristina Fernández. El próximo lunes llegará el guatemalteco Álvaro Colom, y antes del verano, el presidente mexicano, Felipe Calderón.
