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La familia política de Fidel intenta mantener su influencia en Miami

Mucho se ha rumoreado en los últimos meses sobre la posibilidad de un cambio en la política de Washington hacia Cuba. Sin embargo, los empresarios que esperan una apertura comercial no las tienen todas consigo. Mucho se ha rumoreado en los últimos meses sobre la posibilidad de un cambio en la política de Washington hacia Cuba. Sin embargo, los empresarios que esperan una apertura comercial no las tienen todas consigo. La familia política de Fidel Castro, encabezada por el republicano Lincoln Díaz-Balart, ha vuelto a poner de manifiesto su influencia entre los anticastristas de Miami. El hermano de Mirtha Díaz Balart, de quien Fidel se divorció en 1954, y otros líderes del anticastrismo más radical, como el diputado Debbie Wasserman Schultz, presumen de haber encontrado nuevos aliados en el Congreso. Los suficientes para frenar cualquier ley que favorezca un acercamiento a la Isla, tal y como propone el presupuesto de Barack Obama para este año fiscal. No lo tendrán fácil. Hasta los republicanos parecen cansados del trato político y económico que la primera potencia mundial ha dado a la Isla en los últimos años, y muchos de ellos han comenzado a pedir con fuerza que se levanten las restricciones impuestas al país caribeño. El último en hacerlo ha sido el senador Richard Lugar. En el último informe que su oficina ha elaborado sobre la Isla asegura que la política actual da al Gobierno de La Habana un chivo expiatorio para justificar sus dificultades económicas. Lugar es el republicano de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y con su petición se suma a un nutrido grupo de influyentes personalidades en la comunidad cubano americana que ya han exigido el levantamiento de las restricciones.

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