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El interés de la caribeña Digicel en el mercado cubano desata un conflicto diplomático

El interés que en las últimas semanas ha despertado el negocio del sector de las telecomunicaciones en Cuba podría jugar una mala pasada a más de uno. El interés que en las últimas semanas ha despertado el negocio del sector de las telecomunicaciones en Cuba podría jugar una mala pasada a más de uno.

Si no, que se lo pregunten a la firma caribeña Digicel, que se ha visto inmersa en un conflicto diplomático, después de ser la encargada de fletar un avión con altos directivos de la compañía y el ex primer ministro jamaicano, PJ Patterson, que viajaron a la Isla el pasado jueves para, supuestamente, firmar acuerdos para operar en la mayor de las Antillas. Todo habría salido redondo de no ser por la polémica que ha generado el regreso del avión en cuestión. Al parecer, muchos piensan que la aeronave no sólo trasportaba a los interesados en la firma del acuerdo. Más bien aseguran que el viaje habría servido para trasladar una importante suma de dinero, e incluso a un pequeño grupo de cubanos ansiosos por salir de la Isla.

Los implicados lo niegan todo, y están dispuestos a que la investigación continúe para no perjudicar a un posible acuerdo entre Etecsa y Digicel. Un acuerdo que se quedaría en el ámbito “nacional caribeño” y que evitaría el “compromiso” que supondría para Cuba tener que aceptar la colaboración de firmas estadounidenses del sector, ahora que estas pueden optar a competir por licencias en la Isla.

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