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Las firmas de EEUU, dispuestas a ‘cambiar‘ reclamaciones por facilidades para invertir

A principios de los 60, Fidel Castro nacionalizó fábricas, granjas, hoteles, minas y muchas propiedades más que, ahora, con el acercamiento entre el Gobierno de Barack Obama y el de Raúl Castro, algunas compañías estadounidenses y cubano-estadounidenses esperan recuperar. A principios de los 60, Fidel Castro nacionalizó fábricas, granjas, hoteles, minas y muchas propiedades más que, ahora, con el acercamiento entre el Gobierno de Barack Obama y el de Raúl Castro, algunas compañías estadounidenses y cubano-estadounidenses esperan recuperar.

Al menos así lo ha asegurado Robert Muse, el abogado de muchas de estas firmas que reclaman una propiedad en la Isla. Sin embargo, los años de descuido de esas tierras hacen cobrar fuerza a la teoría de que muchas de estas compañías, como General Motors, Coca Cola, Texaco o General Electric, puedan conformarse, más allá de la devolución de sus propiedades, con incentivos especiales para invertir en la Isla si se levantan los controles. «Las compañías están dispuestas a mostrarse creativas e innovadoras en un arreglo», dijo el abogado en una entrevista telefónica a la prensa estadounidense.

No sería la primera vez. EEUU ha negociado acuerdos de compensación por propiedades confiscadas en Vietnam, Irán y en los países de Europa Oriental que se hicieron comunistas tras la Segunda Guerra Mundial. Pero no con Cuba. En 1960, el Gobierno de Fidel Castro ofreció una especie de compensación en bonos y exportaciones de azúcar, pero Washington se negó asegurando que eso hubiera requerido que el país comprase enormes cantidades de azúcar a precios inflados.

En 1972, casi 6.000 compañías estadounidenses e individuos que eran ciudadanos estadounidenses cuando sus propiedades fueron decomisadas presentaron reclamos ante el Gobierno estadounidense por un valor estimado entonces en más de 1.800 millones de dólares y que ahora se acerca a 7.000 millones

Cuba siempre ha estado dispuesta a compensar a las firmas estadounidenses, pero también quiere ser compensada por los daños del embargo económico, que calcula ha causado daños por 93.000 millones.

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