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El BID guarda silencio sobre sus posibles contactos con La Habana

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prefiere no hablar sobre sus discretas negociaciones con Cuba. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prefiere no hablar sobre sus discretas negociaciones con Cuba. Fuentes del organismo multilateral consultadas por Cuba Económica han preferido guardar silencio sobre las declaraciones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien, en una entrevista a la Agencia EFE el pasado 25 de junio, afirmaba que el organismo ha mantenido contactos con el régimen cubano.

Insulza quiso especificar, sin embargo, que “la naturaleza de las conversaciones no ha transcendido”. Las declaraciones han dado paso a numerosos rumores porque este es un momento en el que la Isla necesita ayuda financiera urgente para, al menos, minimizar el impacto de los problemas de liquidez por los que atraviesa.

Sin embargo, en principio Cuba no podría recibir capital de este organismo por no pertenecer ni a la OEA ni a ninguna otra organización democrática. Las esperanzas depositadas por Cuba en los préstamos que hasta ahora le han entregado países como Brasil, Rusia o China se han visto ahogadas por la crisis financiera internacional. Incluso Venezuela, a pesar del reciente incremento de los precios del petróleo, ya no puede darse el lujo de subsidiar a Cuba como lo hizo durante los años de apogeo petrolero.

Los expertos coinciden en que la única posibilidad para que la mayor de las Antillas consiga un préstamo sería acudiendo al BID, por lo que las autoridades podrían presionar a sus aliados para que hagan de intermediarios y conseguir algún tipo de asociación con el organismo. Cuba también necesita capital para pagar sus deudas con la comunidad internacional. Según recuerdan los analistas, el país debía pagar en 1986 los préstamos bancarios otorgados en la década de los 60 para financiar su industrialización. La deuda original rondaba los 1.000 millones de dólares, pero como la Isla no pagó los intereses, la cifra supera hoy los 3.000 millones de dólares.

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