El histórico comandante cubano Ramiro Valdés ha querido lanzar una señal de advertencia al pueblo cubano al pedir a la población en un reciente discurso que no esperen que “Papá Estado” resuelva todos los problemas económicos de la Isla. El histórico comandante cubano Ramiro Valdés ha querido lanzar una señal de advertencia al pueblo cubano al pedir a la población en un reciente discurso que no esperen que “Papá Estado” resuelva todos los problemas económicos de la Isla. El actual ministro de Informática y Comunicaciones del país ha llamado a toda la población a participar activamente en el nuevo debate nacional convocado por Raúl Castro para discutir asuntos tan candentes en la Isla como el racionamiento de alimentos, el robo en los centros de trabajo, los subsidios y el mercado negro. Un debate que, por cierto, es la segunda vez que se convoca en el país, después de que las primeras discusiones de principios de año con todos los entes sociales acabaran sin soluciones concretas por parte de las autoridades.
Las declaraciones de Valdés, que en su discurso aseguraba con cierta sorna que “las masas deben dejar de actuar como los pichones: abre la boca que aquí tienes tu comidita”, .cobran más importancia si cabe por la relevancia que su figura ha retomado tras el fallecimiento del comandante y vicepresidente Juan Almeida.
Valdés es ahora, junto a Guillermo García Frías, el único Comandante de la Revolución histórico en la Isla, en un momento en el que la muerte de Almeida ha dejado al descubierto la urgencia del relevo en el Gobierno cubano, cuando se prepara una conferencia nacional que renovará los cargos del PCC, del cual Fidel continúa siendo el primer secretario, el más alto en un sistema comunista.
El gobierno de Raúl Castro lleva a cabo una ofensiva contra la vagancia, las ilegalidades y el derroche de recursos, en una economía golpeada por la burocracia e ineficiencia, la crisis global y el embargo de EEUU.
Pero lejos de las medidas ya tomadas, con el pago de salarios por rendimiento, muchos entienden en el discurso de Valdés una clara alusión a lo que podría ser el final de las cartillas de racionamiento.
