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La adaptación de las leyes estadounidenses condiciona el calendario futuro

EL 17 DE DICIEMBRE de 2014 es ya una fecha histórica. Pero todavía no es la fecha señalada en la que los financieros y empresarios estadounidenses que han ‘conseguido‘ este espectacular giro en la política estadounidense hacia Cuba tras más de 50 años van a poder empezar a poner en marcha los proyectos que piensan desarrollar en la Isla. EL 17 DE DICIEMBRE de 2014 es ya una fecha histórica. Pero todavía no es la fecha señalada en la que los financieros y empresarios estadounidenses que han ‘conseguido‘ este espectacular giro en la política estadounidense hacia Cuba tras más de 50 años van a poder empezar a poner en marcha los proyectos que piensan desarrollar en la Isla. Para eso faltan unas cuantas semanas todavía. Ahora le toca hablar al Tesoro, que tendrá que cambiar los reglamentos en los que, en realidad, se basa el embargo. ¿Cuánto tardará en hacerlo? Nadie lo sabe.

Sin embargo, hasta ese preciso momento, que llegará sin publicidad, el deshielo no será efectivo. Entonces sí, se materializará la parte más interesante, desde el punto de vista económico, del comunicado oficial de la Casa Blanca. Esa que dice que “EEUU va a ayudar a Cuba a que se desarrolle el sector privado y a facilitar la actividad de los emprendedores”. Justo en ese momento la industria financiera de EEUU desembarcará en La Habana y la ‘reconquista‘, que es de lo que estamos hablando, habrá comenzado.

En opinión del economista Mauricio de Miranda, “nada ocurrirá de forma abrupta. El mercado cubano es desconocido para las empresas norteamericanas, después de más de 50 años de contactos económicos casi inexistentes. Sin embargo, la escasez generalizada de bienes y servicios en Cuba hará que muchas empresas norteamericanas apuesten por dicho mercado con las debidas garantías”.

“No creo que se produzca una inversión masiva por parte de empresas norteamericanas en Cuba” opina.

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