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Brasil se ha convertido en un aliado economico de gran importancia para Cuba

La reciente visita a Cuba del presidente de Brasil, Lula da Silva, ha servido sobre todo para confirmar que el país que aún gobierna es ya un socio fundamental de la Isla y que, además, va a tener una colaboración muy significativa a medio y largo plazo en la financiación del desarrollo y la reparación de las infraestructuras de las que carece la mayor de las Antillas y que necesita para impulsar su decaída economía. La reciente visita a Cuba del presidente de Brasil, Lula da Silva, ha servido sobre todo para confirmar que el país que aún gobierna es ya un socio fundamental de la Isla y que, además, va a tener una colaboración muy significativa a medio y largo plazo en la financiación del desarrollo y la reparación de las infraestructuras de las que carece la mayor de las Antillas y que necesita para impulsar su decaída economía. La modernización de los accesos por carretera y ferrocarril del puerto de Mariel se ha convertido en el símbolo más visible de esta colaboración. El Estado brasileño invertirá 450 millones de dólares en estas obras que tienen una dimensión y un volumen estratégicos, pero que también ponen de manifiesto que la Isla no puede permitirse permanecer por mucho más tiempo fuera de los circuitos de los organismos multilaterales de crédito porque para emprender estos grandes proyectos no resulta suficiente con el apoyo de los aliados habituales de La Habana en los últimos años: China y Venezuela.

El viaje del líder sudamericano a Cuba, coincidió con la noticia del fallecimiento de Orlando Zapata Tamayo, un activista de la oposición interna que había realizado una huelga de hambre de 85 días. A pesar de este suceso, optó por mantener su viaje y concentrarse en los objetivos, más económicos que políticos, que le habían llevado hasta allí. Lula eludió hacer declaraciones al respecto a su llegada al país caribeño, aunque después lamentó el fallecimiento del opositor. Antes, el propio Raúl Castro, en una intervención histórica, había hecho lo mismo en presencia del político brasileño.

La mezcla explosiva del autoritarismo y el escaso respeto a los derechos humanos que muestra habitualmente el régimen cubano ha terminado por generar una corriente de opinión internacional que no resulta nada tranquilizadora ni favorable para los intereses de los hermanos Castro, en un momento en que el colapso financiero en el que se ve inmerso el país amenaza al bienestar de una población que no acaba de conectar todavía con los mensajes de la oposición, pero podría hacerlo pronto.

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