Algunos expertos venezolanos han comenzado a hacerse eco de las diferencias entre el gobierno de Hugo Chávez y el de Raúl Castro. Algunos expertos venezolanos han comenzado a hacerse eco de las diferencias entre el gobierno de Hugo Chávez y el de Raúl Castro. Aunque han dejado muy claro que no es que se acabe el ‘matrimonio’ entre ambos líderes, pero si hay elementos que comienzan a hacer ruido.
La primera señal se dio en materia internacional con la distancia entre los dos ejecutivos en torno a la solución de la crisis política en Honduras, que acabó con el derrocamiento de Manuel Zelaya, protegido de Chávez.
La Habana ‘prefirió acostarse’ con Brasilia y EEUU antes que con Caracas. Pero por lo visto han sido los asuntos más domésticos los que han distanciado a Chávez y a Raúl.
Hace más de un mes causó un gran revuelo en Caracas la visita del histórico jefe cubano, Ramiro Valdés. Se especuló que había viajado con el fin de establecer mecanismos de control (espionaje) hacia partidarios del mismo Chávez como hacia opositores.
Pero surge otra versión en el camino. Una fuente cubana explicó que Ramiro Valdés no viajó a Caracas a espiar a nadie. Fue a lo suyo. A reclamar la demora del cable submarino de fibra óptica Venezuela-Cuba.
El proyecto lleva 3 años de retraso. Y no hay quien se responsabilice. Los contratistas esperan a tener señales firmes para iniciar las obras. El caso es que con el cable ocurre lo que con todas las obras en Venezuela: atrasos y mucho discurso. Por eso Chávez se apropia de lo que construyen los privados, desde centros comerciales hasta industrias y galpones.
