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El tiempo juega en contra de la indecisión del Gobierno cubano

En 15 días...

Pasan las semanas y continúa sin apreciarse ningún avance en la situación económica de Cuba, que se mantiene inmersa en una deriva irrefrenable que sólo parece conducir hacia el deterioro continuo. Pasan las semanas y continúa sin apreciarse ningún avance en la situación económica de Cuba, que se mantiene inmersa en una deriva irrefrenable que sólo parece conducir hacia el deterioro continuo. Este proceso, que deja muy poco espacio para el optimismo de cualquier clase, influye de modo creciente en una sociedad cada vez más deprimida y desanimada. Un fenómeno apreciable ya en todo el territorio de la Mayor de las Antillas y, muy especialmente, en el entorno de la capital del país, La Habana, y sus alrededores. Y, que por lo tanto, debería ser perfectamente perceptible, al menos, para las autoridades económicas del país. Sin embargo, algunos destacados emisores de ‘Radio Bemba‘ (el nombre con el que se conocen en Cuba los rumores callejeros) comunican a sus oyentes una realidad bien distinta y hacen hincapié en la posible miopía de algunos de los principales responsables que se empecinan en repetir una y otra vez estrategias que no han dado resultado nunca.

Ante la urgencia de la situación no parece, en ningún caso, que la respuesta adecuada sea incidir, por enésima vez, en la nueva supervisión de los supervisores de lo ya supervisado. El problema parece ser otro, puesto que el resultado obtenido por las acciones realizadas en este sentido ha sido poco menos que nulo. Ni han atajado el descontrol contable, ni han impulsado la economía. La realidad es tozuda y muestra que los salarios son demasiado bajos incluso en función de la limitada oferta de productos a los que se puede acceder en la Isla de manera legal.

De hecho, algunos observadores, no sin cierta sorna, han dado en afirmar que los hurtos a pequeña escala no son otra cosa que un sistema casi lógico de reasignación de recursos. Esperemos que esta corrección del desajuste entre oferta, demanda y precio, no sea tan inevitable como señalan estos comentaristas irónicos y que la Isla consiga un necesario relanzamiento de la economía y el tejido productivo, con independencia del complicado momento de las finanzas planetarias que pesa por igual en todos los países del mundo.

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