Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Los empresarios quieren cambios legales sencillos que impliquen a los dos Gobiernos

Desde el ‘lobby‘ antiembargo, cada vez más instalado en Washington y con buenas conexiones políticas en los dos partidos, se pretenden cambios legales de mayor sencillez que, en algunos casos, implican a ambos Gobiernos, pero que no requieren de pompas o grandilocuencias diplomáticas para empezar a ser efectivos. Desde el ‘lobby‘ antiembargo, cada vez más instalado en Washington y con buenas conexiones políticas en los dos partidos, se pretenden cambios legales de mayor sencillez que, en algunos casos, implican a ambos Gobiernos, pero que no requieren de pompas o grandilocuencias diplomáticas para empezar a ser efectivos. Por ejemplo, admitir, con una vuelta de tuerca a las exenciones humanitarias previstas en el propio embargo, que han permitido el florecimiento de un comercio alimentario bilateral más que creciente en la última década.

Otro de los objetivos inmediatos del ‘lobby‘ antiembargo es conseguir, por medio de un simple cambio regulatorio del reglamento sobre la Isla que maneja el Tesoro de EEUU, que Cuba pueda pagar a crédito al menos parte de los alimentos que adquiere y que ahora debe abonar en efectivo. O también que se abra la puerta a la posibilidad, a la que las autoridades cubanas parecen estar dispuestas, de que las empresas alimentarias estadounidenses prefinancien cosechas.

Más complicada resulta a medio plazo la posibilidad de que el plan que impulsa Carlos Saladrigas, cabeza visible del ‘lobby‘ Cuba Study Group, pueda llevarse a cabo. En este caso, sin embargo, parte de las reticencias provienen del entorno de Raúl Castro.

Más información

Scroll al inicio