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Ferry a la vista

Radio Bemba

La última vez que Alfredo viajó a Cuba para visitar a su madre y a su hermana, en junio de 2014, dijo en medio de una nota con Havana Club que “ojalá algún día pongan un ferry desde la Florida hasta La Habana, para poder venir con mi van y así poder irnos todos juntos de rumba, pa´la playa”. La última vez que Alfredo viajó a Cuba para visitar a su madre y a su hermana, en junio de 2014, dijo en medio de una nota con Havana Club que “ojalá algún día pongan un ferry desde la Florida hasta La Habana, para poder venir con mi van y así poder irnos todos juntos de rumba, pa´la playa”.

Cuando lanzó al aire aquellas palabras a nadie le pasaba por la mente que el panorama de la eterna bronca EEUU-Cuba iba a cambiar de un día para otro, así que ahora Alfredo se pregunta si podrá hacer un buen negocio con sus posible clarividencia, mientras su madre, cada vez que la llama por teléfono desde Miami, le asegura que “tu verás que lo que dijiste se va a dar”.

Por lo pronto, ya se anuncia la posibilidad de que se abra para fines de este año una ruta de ferry que en solo cuatro horas conectaría los puertos de Maratón, al sur de La Florida, y de La Habana, a un precio realmente módico, en comparación con el astronómico valor de los pasajes de avión que cobran por cubrir las escasas 100 millas que separan a los dos países como si fueran vuelos trasatlánticos.

Brian Hall, propietario de la empresa KonaCat, dijo a la prensa floridana que serán solo 169.00 dólares el viaje y 338.00 ida y vuelta, y que la embarcación podría realizar dos viajes diarios a la isla con cerca de 200 pasajeros.

Para sortear los escollos del embargo-bloqueo, que aun se mantiene firme, el empresario anunció que comenzará a trabajar como una organización sin fines de lucro, pero que se sentía «bastante seguro de que vamos a obtener la licencia de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro)».

Hasta ahora, las medidas ejecutivas del presidente Barack Obama no incluyen el turismo entre las categorías de ciudadanos que pueden visitar la isla prohibida, pero Hall está claro de que otros grupos podrían beneficiarse de la opción, como religiosos, intelectuales, estudiantes y los miles de cubano-americanos que viajan cada año a ver a sus familias, así que el mercado está seguro.

La iniciativa del ferry ha sido acogida con beneplácito en diversos sectores dentro de Estados Unidos. Según Agar Chemali, portavoz del Departamento del Tesoro, Hall podría transportar pasajeros de Maratón a Cuba, incluso si se le niega una licencia general.

Si la cosa se da como espera Alfredo, él y su mujer podrían abaratar enormemente sus gastos, hasta el punto de poder viajar a La Habana más de una vez en el año, mientras que su madre y el resto de la parentela ya se ven todos trepados en el van de Alfredo, «con pelo suelto y carretera» según dice su hermana con una carcajada.

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