“¿Qué pasa con los Criollos?” salta la pregunta una y otra vez entre los fumadores desde hace semanas, ante una situación que parece ir de mal a peor, pues los Criollos, los cigarrillos negros que consumen la mayoría de los cubanos, están perdidos del mercado, o aparecen y desaparecen como por arte de magia. “¿Qué pasa con los Criollos?” salta la pregunta una y otra vez entre los fumadores desde hace semanas, ante una situación que parece ir de mal a peor, pues los Criollos, los cigarrillos negros que consumen la mayoría de los cubanos, están perdidos del mercado, o aparecen y desaparecen como por arte de magia.
En Radio bemba no hay respuesta precisa para explicar el fenómeno en un país donde lo que casi nunca han faltado son los cigarrillos. Unos dicen que el tabaco se está empleando para producir los carísimos y famosos habanos, cosa dudosa porque estos llevan hojas especiales.
Otros afirman, quizá con más razón, que se está exportando la picadura de origen cubano, que es de mejor calidad y se vende a más alto precio en el mercado internacional, y se compra otra más barata en países del área, para cubrir la producción nacional, pero que los embarques al parecer no están llegando a tiempo.
Hay quienes dicen que “el problema es con el papel” y para ello se basan en que, efectivamente, los Criollos que se encuentran en el mercando están saliendo con el papel que tradicionalmente se emplea en los cigarrillos rubios, que en la Isla muy pocos consumen; o que también falta el celofán de las envolturas y hasta la tinta de impresión.
Y mientras, las autoridades en general, y las empresas tabaqueras en particular, no dicen «ni pío».
En consecuencia los cigarrillos escasean y los revendedores hacen el pan, comprándolos por paquetes completos cuando aparecen en las tiendas, a 7 CUP la cajetilla, su precio habitual, para luego venderlos a 10 a los fumadores, que como adictos al fin, no andan pensando mucho a la hora de asegurar su vicio.
Para completar el panorama y como confirmación de que hay problemas con los Criollos, han vuelto a parecer en las tiendas los Populares, no los producidos por la empresa Brascuba, que se venden en las shoping, sino los de fabricación nacional, marca que hace ya bastante tiempo fue sustituida por Criollos, y que, como los de antes, se venden en un tosco paquete con una impresión exclusivamente azul y sin celofán.
Muchos los miran con recelo, ante la duda de que sean «tuparamaros», es decir, cigarrillos fabricados clandestinamente con no se sabe qué picadura de tabaco, pero a la larga terminan comprando de manera compulsiva, mientras esperan el regreso de los Criollos.
