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La iglesia cubana quiere gestionar los futuros hospitales privados

Orlando Márquez, en declaraciones a la revista Palabra Nueva de la Arquidiócesis de La Habana que encabeza el cardenal Jaime Ortega, interlocutor del Gobierno de Raúl Castro, ha asegurado que «no sería desatinado considerar la participación en el sistema nacional de salud de instituciones religiosas», e «ir pensando en la cooperativización de los servicios de salud, o en la combinación del servicio público con el servicio privado». Orlando Márquez, en declaraciones a la revista Palabra Nueva de la Arquidiócesis de La Habana que encabeza el cardenal Jaime Ortega, interlocutor del Gobierno de Raúl Castro, ha asegurado que «no sería desatinado considerar la participación en el sistema nacional de salud de instituciones religiosas», e «ir pensando en la cooperativización de los servicios de salud, o en la combinación del servicio público con el servicio privado». La jerarquía católica reseñaba de esta manera lo que consideran una situación crítica de la sanidad cubana. «El mal de la irresponsabilidad que provocó la muerte de los enfermos (…) tiene raíces más extensas» aseguró Márquez, que considera que «hemos llegado a un punto en que casi nadie escapa al mal del robo y la compra-venta en el mercado negro, porque este es un vicio que ha penetrado en todos los poros de la sociedad cubana contemporánea.» Para ilustrar sus críticas, citó como ejemplo la tragedia del Hospital Psiquiátrico de La Habana, donde murieron 26 enfermos en una ola de frío del 2010, por el mal estado de la instalación, y el robo de alimentos, medicinas y abrigos, vendidos en el mercado negro. «La diversificación de la propiedad, la renuncia a la propiedad estatal absoluta (…) no traerán el paraíso a la Isla, pero puede ayudar en la disminución de la corrupción», aseguró.

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