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El Partido Comunista de Cuba da luz verde a unas reformas sin fecha

La hoja de ruta de las transformaciones que van a acontecer en Cuba, si se lleva a cabo, como esperan los cubanos, la deseada apertura de mercado, fue publicada el lunes 9 de mayo con la firma del Partido Comunista Cubano (PCC). La hoja de ruta de las transformaciones que van a acontecer en Cuba, si se lleva a cabo, como esperan los cubanos, la deseada apertura de mercado, fue publicada el lunes 9 de mayo con la firma del Partido Comunista Cubano (PCC). Entre las cuestiones más relevantes del documento de “Lineamientos de la política económica y social”, resaltan algunas de las propuestas de las que ya se venía hablando, como la creación de empresa privadas, la desaparición paulatina de la libreta de racionamiento o el despido de cerca de medio millón de funcionarios públicos. Sin embargo, las más dolorosas, simples rumores hasta la publicación de los lineamientos, también se han concretado.

Los comunistas caribeños que aún creyesen en la fuerza del órgano rector, estarán digeriendo la voracidad del nuevo primer secretario del partido, Raúl Castro, y del ideólogo en la sombra del desfalco, Ramiro Valdés. Los cubanos deberán pagar, cuando las resoluciones se pongan en marcha, por la sanidad y la educación, y deberán, si se lanzan a la aventura empresarial como ‘cuentapropistas‘, abonar unos abultados, hay quien considera que abusivos, impuestos al Estado. Ambas medidas, tanto la rebaja de las prestaciones sociales como la aparición de la empresa privada, han sido religiosamente aprobadas por ese partido.

Dichas reformas, que no tienen una fecha de aplicación concreta y para las que el Gobierno de Castro se ha dado un plazo de entre cinco y diez años, han dejado a muchos perplejos. Hay quien recuerdan que quien encumbró al PCC en los últimos tiempos es el mismo que ahora lo entierra. El propio Raúl Castro aseguró, al enfermar Fidel, que nadie podía sustituir a su hermano como líder. A cambio, el menor de los Castro reconvino en que el poder debía recaer justamente en el Partido. Después de estas palabras, estaba obligado a llevar, como después ocurrirá con la Asamblea, las reformas a un Congreso. Y sin embargo, reformas como la que ahora se plantean han aparecido ya en otras ocasiones.

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