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Avalancha de visitas a La Habana de abogados procedentes de Florida

Aunque las reformas económicas prometidas por los actuales dirigentes cubanos no acaban de despegar, sí que se producen algunos movimientos entre bastidores. Aunque las reformas económicas prometidas por los actuales dirigentes cubanos no acaban de despegar, sí que se producen algunos movimientos entre bastidores. En los últimos tiempos, por ejemplo, según explican algunos diplomáticos europeos que realizan su trabajo en La Habana, hay más trasiego que nunca de abogados extranjeros, expertos en Comercio Internacional, en la capital de Cuba.

Una apreciación que comparten algunos profesionales hispanos que viajan con frecuencia hasta la Isla y que se han relacionado desde la década de los noventa con los procesos de inversión puestos en marcha por los empresarios españoles interesados en hacer negocio en la mayor de las Antillas.

Lo cierto es, según estas fuentes, que el grupo se ha mantenido estable tanto en su número como en su composición durante casi tres lustros. Quizá porque la efervescencia primigenia, provocada por la apertura económica que diseñó, el hoy defenestrado Carlos Lage, se agotó a los pocos años y el negocio, desde todos los puntos de vista, se estancó y dejó de ser atractivo para los grandes bufetes.

Pues bien, esa tendencia se ha revertido y los juristas vuelven a viajar a  La Habana a la caza de oportunidades. Ultimamente incluso, algunos abogados de prominentes despachos de Miami, conocidos por su antiguo perfil anticastrista, aparecen en actos oficiales patrocinados por instituciones como al misma Unión Nacional de Juristas de Cuba. E

El último en hacerlo ha sido Michael Díaz Jr., del bufete de Florida Díaz-Reus &Targ que ha ofrecido un curso sobre los tratados de libre comercio en Latinoamérica y ha esponsorizado el seminario en la mismísima Universidad de La Habana.

El evento contó con la participación de cerca de 150 juristas cubanos, entre estudiantes, profesores y abogados en ejercicio. Todos parecían muy interesados en saber, desde un punto de vista puramente teórico, claro, cómo podría funcionar un posible acuerdo entre la mayor de las Antillas y EEUU. ¿Les servirá para algo?

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