Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Los cubanos dudan que la compraventa de pisos y coches sea legal este año

En 15 días...

Una de las pocas cosas que aún mantiene expectantes a los cubanos es saber si antes del 31 de diciembre, el Gobierno cumplirá su promesa de liberalizar las ventas de apartamentos y automóviles conforme a sus compromisos públicos al respecto, refrendados, además, tanto por la Asamblea Nacional del Poder Popular como por el VI Congreso del Partido Comunista que se celebró la pasada primavera. Una de las pocas cosas que aún mantiene expectantes a los cubanos es saber si antes del 31 de diciembre, el Gobierno cumplirá su promesa de liberalizar las ventas de apartamentos y automóviles conforme a sus compromisos públicos al respecto, refrendados, además, tanto por la Asamblea Nacional del Poder Popular como por el VI Congreso del Partido Comunista que se celebró la pasada primavera. Pero, según se acerca el inicio del último trimestre del año, los pobladores de las calles habaneras aumentan su escepticismo con respecto al cumplimiento de lesas promesas. Quizá sea que la dirigencia ha expresado ya en muchas ocasiones su decidida apuesta por llevar a cabo determinadas reforma económicas que luego se ha abstenido de llevar a cabo. Y por eso, los ciudadanos han pasado en este largo paréntesis de la ilusión inicial a la apatía de siempre. Y por lo mismo, han dejado ya de creer en que el venturoso día llegue en las fechas inicialmente anunciadas.

Sin embargo, ese mínimo, pero importante, reconocimiento de la propiedad privada que supondría tal posibilidad tendría un gran impacto en la vida cotidiana de los cubanos. El asunto de los apartamentos preocupa menos. Están las permutas, siempre disponibles, con sus primas en dinero negro y sus ganancias para vendedores e intermediarios que, en la más completa alegalidad, suponen una vía de escape disponible para quien quiere deshacerse de su casa y ganar dinero y quien quiere mejorar su situación habitacional y dispone de efectivo. Pero, lo de los automóviles, es más urgente. Y más complicado. Porque, según dicen algunos diplomáticos ociosos con residencia en la capital de la Isla, para liberalizar la venta de vehículos de segunda mano hay que pensar en abrir a la iniciativa privada toda una industria de suministros y talleres. Y eso, podría darles miedo a los veteranísimos dirigentes de la Cuba de hoy.

Mientras tanto, el verbo ‘resolver‘ sigue siendo el más utilizado por los cubanos, como la única forma de buscarse la vida ante la inacción política y la crisis económica de siempre. Y eso es para preocuparse porque convierte lo irregular en cotidiano.

Más información

Scroll al inicio