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Raúl Castro piensa en su hijo Alejandro para sustituir a Julio Casas al frente del Ejército

La inesperada y repentina muerte de Julio Casas Regueiro a los 75 años ha abierto un hueco difícil de taponar en la estructura del poder cubano. La inesperada y repentina muerte de Julio Casas Regueiro a los 75 años ha abierto un hueco difícil de taponar en la estructura del poder cubano. Él era el encargado hasta ahora de controlar las fuerzas armadas, su grupo empresarial y evitar que las distintas ‘familias’ que conviven en su seno se saltaran los difíciles equilibrios de poder que se desarrollan allí. Casas era también un hombre de la máxima confianza de Raúl que no desagradaba a Ramiro Valdés, el otro gran comandante de la Revolución que también manda en el país caribeño.

Casas Regueiro fue despedido, con honores de Estado, por el propio Raúl Castro y la plana mayor de la dirección castrista. Sin embargo, llega el momento de buscarle sucesor al frente del Ejército, puesto para el que el secretario general del Partido Comunista está barajando, como candidato, a su propio hijo, Alejandro Castro Espín. La simple posibilidad ha levantado serias preocupaciones entre los cubanos. Pese a que no está del todo sobre la mesa, por ahora, existe alguna posibilidad que no puede desdeñarse. Probablemente no hay ningún otro militar histórico con un perfil similar. Aun así, las quinielas están abiertas.

La lista de los aspirantes con más posibilidades, según los analistas callejeros y algún que otro diplomático europeo consultado, la encabeza el general Leopoldo Cintas Frías. Tampoco goza Cintas Frías de la complacencia de los cubanos, que lo acusan de formar parte de grupo más “peligroso y sanguinario” dentro de la ejecutiva cubana.

El actual viceministro Joaquín Quintás Solá, especializado en al conducción de tropas generales, también estaría en la terna de posibles, pero todos ellos tienen edades más que respetables y quizá una cierta juventud sea necesaria en esta designación para acallar los rumores de que al actual Gobierno le queda ‘poca vida por delante’. De ahí la importancia del nombre del joven coronel Alejandro Castro. Y mientras que los hijos de Raúl ocupan cargos de importancia, los del otro hermano se decantan por la fiesta.

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