Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

El Gobierno cubano ha conseguido que parezca que nunca ocurre nada en la Isla

En 15 días...

Relatar la actualidad de Cuba, aunque el cuento tenga un carácter quincenal, supone un gran esfuerzo, especialmente a la hora de evitar caer en una suerte de melancolía cercana a la depresión. Relatar la actualidad de Cuba, aunque el cuento tenga un carácter quincenal, supone un gran esfuerzo, especialmente a la hora de evitar caer en una suerte de melancolía cercana a la depresión. Sobre todo, porque el octogenario equipo de Gobierno se las apaña cada vez mejor para conseguir que de la sensación de que en la Isla no pasa nada, incluso, cuando hace poco menos de un año que el Comité Central del Partido Comunista practicó sobre si mismo un evidente “hara kiri”. Más aún, desde entonces, y desde antes, se acumulan las promesas incumplidas en el terreno de la liberalización de la economía y de las iniciativas que tienen como objetivo conseguir una mejora de la situación de una sociedad que sobrevive con pocas expectativas, una vez que ha visto con reiteración como era defraudada de manera casi constante.

Se han prometido cambios que, cuando llegan, mucho más tarde de lo que se dijo, no responden de ninguna manera a lo que se anticipó. De hecho, como acaba de suceder, por ejemplo, en la liberalización de las ventas de automóviles, los decretos liberalizadores tienen la curiosa propiedad de mantener las cosas exactamente igual que estaban antes de su publicación. Eso sí, antes de que lleguen hay multitud de asambleas y discusiones en las que participa la población que, previamente, ha tenido que leerse una densa documentación previa. Pasó con los Lineamientos. Ese libro de instrucciones para abordar el posterior Congreso del Partido Comunista que, para respetar la jerarquía institucional del sistema, tenía que dar vía libre a la reforma económica. Y puede volver a pasar ahora con esos textos que dan pie a la Conferencia del Partido que se celebrará en febrero.

Es muy posible que la forma de medir los tiempos cuando alguien lleva ya 80 o más años en el planeta tierra sea radicalmente distinta a la que tienen los demás seres humanos que no han llegado aún a esa categoria. Lo malo es que los tiempos en la “perla del Caribe” están definidos por los poseedores de las células de identidad más antiguas.

Más información

Scroll al inicio