Los cubanos no están muy convencidos de que la ley que les autoriza a comprar y vender casas, después de alrededor de medio siglo en que eso estaba prohibido, ayudará realmente a aliviar el déficit habitacional que vive el país. Los cubanos no están muy convencidos de que la ley que les autoriza a comprar y vender casas, después de alrededor de medio siglo en que eso estaba prohibido, ayudará realmente a aliviar el déficit habitacional que vive el país.
A los ciudadanos les falta por ver en qué medida ayudará al “acomodo natural y espontáneo” de la gente, porque no se trata sólo de comprar y vender, sino de que haya casas y apartamentos para resolver las necesidades, y hasta ahora en las calles de la mayor de las Antillas, nadie se ha enterado de que el Estado vaya a desarrollar empresas con ese propósito, a falta de constructoras privadas.
Por otro lado, la ley tampoco convence a quienes pensaban convertirse en empresarios de bienes raíces, pues una persona sólo podrá tener una vivienda en la ciudad y otra en el campo o en la playa. Y menos para los que viven fuera y que pensaban adquirir propiedades, ya que la compra y venta será posible sólo para los cubanos y extranjeros residentes en la Isla.