El recién celebrado VIII congreso de la Unión de Juventudes Comunistas ha estado marcado por el continuismo y ha confirmado la consolidación de la generación del canciller Pérez Roque en los puestos cercanos al poder, donde va sustituyendo paulatinamente a sus predecesores que entraron en el Gobierno hace una década, entre quienes destacaba Carlos Lage. El recién celebrado VIII congreso de la Unión de Juventudes Comunistas ha estado marcado por el continuismo y ha confirmado la consolidación de la generación del canciller Pérez Roque en los puestos cercanos al poder, donde va sustituyendo paulatinamente a sus predecesores que entraron en el Gobierno hace una década, entre quienes destacaba Carlos Lage. El secretario saliente de las juventudes, Otto Rivero, que desempeñó esta función durante siete años, se ha incorporado al Gobierno en calidad de vicepresidente con la tarea de gestionar las inversiones que se realicen dentro del programa conocido como “Batalla de Ideas”, que incluye 170 acciones en marcha en áreas sociales, económicas y políticas. Rivero ya era miembro del Consejo de Estado y del Comité Central.
Para sustituirle en el cargo de las nuevas generaciones ha sido seleccionado como primer secretario al moderado Julio Martínez a quien acompaña como segundo secretario Hassan Pérez, de tendencia más radical. Ambos se encargarán de cumplir la resolución del congreso que pretende una organización mucho más volcada en los problemas de índole social que afectan a la juventud.
