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La Iglesia Católica de Cuba intenta consolidarse como una fuerza clave en el futuro de la Isla

En 15 días...

Como postre a la visita del Papa a Cuba, la Iglesia parece estar intentando consolidar posiciones para definirse, de modo definitivo como el único elemento cohesionado que existe en la Isla, a parte de la estructura tradicional que generó el castrismo y que le ha sustentado a lo largo de algo más de cinco décadas. Como postre a la visita del Papa a Cuba, la Iglesia parece estar intentando consolidar posiciones para definirse, de modo definitivo como el único elemento cohesionado que existe en la Isla, a parte de la estructura tradicional que generó el castrismo y que le ha sustentado a lo largo de algo más de cinco décadas. El próximo capítulo de esta historia se escribirá gracias a un seminario a realizar en La Habana con cubanos residentes en el exterior y en el interior para propiciar la reconciliación y quizá abrir paso a otras posibilidades de colaboración que puedan servir para dibujar un escenario de futuro en este enclave caribeño.

Esta puede ser, o no, otra de las historias que cuentan los comentaristas más osados que no siempre tienen los informadores correctos. Los diletantes que asegura que hay una relación que propicia una fluida corriente de intercambios entre las jerarquías católicas de Florida y La Habana que dibujan territorios para la transición hacia un nuevo poder, sea cuál sea éste, que sustituya al actual en algún momento. En el mismo en el que se haya establecido el nuevo modelo de relaciones de poder y la estructura política que tendrá que tomar el relevo del castrismo.

En paralelo a estos movimientos, también se producen otros, aparentemente relacionados con los recados confidenciales que llevan y traen los cubanos residentes en el exterior cuya salida del país no estuvo motivada por diferencias políticas. En ese intercambio de pareceres que se desarrolla, más o menos, a la vista entraría la continuación del último viaje que realizó a la Isla el banquero de Miami, Carlos Saladrigras. Un hombre que representa a un nutrido grupo de residentes en el exterior que tienen un proyecto que incluye la reconciliación entre los cubanos de las dos orillas y algunas otras ideas, prágmaticas, que quizás pudieran contribuir, más pronto de lo que ahora pudiera parecer, a que se reflote el depauperado tejido productivo de la Isla.

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