EL PASADO 28 DE AGOSTO muchos cubanos respiraron con alivio y profirieron un tranquilizador “menos mal” cuando leyeron la primera plana del diario Granma. EL PASADO 28 DE AGOSTO muchos cubanos respiraron con alivio y profirieron un tranquilizador “menos mal” cuando leyeron la primera plana del diario Granma.
En una nota, el Ministerio de Salud Pública informó que dio por concluido el “brote epidémico de infección gastrointestinal hídrica” que tuvo como centro la ciudad de Manzanillo, en la oriental provincia de Granma y que puso a todo el país con los pelos de punta porque entre las afecciones fue diagnosticada la presencia del “Vivrio Cholerae 01 Tor enterotoxigénico serotipo Ogawa”, que en el castellano que todo el mundo entiende es, sencillamente, el cólera.
La nota del MINSAP decía que además del brote de Manzanillo se detectaron casos puntales en otros municipios de Granma así como en las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo y La Habana, que no pasaron de tres los fallecidos y fueron en total 147 los casos confirmados.
Después de una amplia descripción de todas las medidas aplicadas por las autoridades, se concluyó que, como trascurrieron más de diez días desde que se detectó el último caso, se daba por cerrado el tema.
No obstante, el ministerio dejó la puerta medio abierta, porque aclara que “la vigilancia clínico epidemiológica continuará en todo el país a los efectos de disminuir los riesgos y evitar con ello la ocurrencia de nuevos casos” e insistió en que la población continúe con las medidas higiénicas extremas.
