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Las reservas de divisas de Cuba son un secreto perfectamente guardado

En 15 días...

Vuelve a cobrar fuerza en Cuba el rumor recurrente de que las autoridades estudian una próxima unificación monetaria en la Isla. Vuelve a cobrar fuerza en Cuba el rumor recurrente de que las autoridades estudian una próxima unificación monetaria en la Isla. Y lo cierto es que si se pretende que la economía del país avance hacia cualquier estándar de normalización y modernización la existencia de una sola divisa es, evidentemente, un elemento necesario. Los comentarios arrecian y da la impresión de que el tema, con la aquiescencia del Gobierno de Raúl Castro, vuelve a ser una emergente moda callejera y un tópico de conversación que da que hablar y hace correr ríos de tinta cibernética en Internet.

La principal referencia para ese supuesto proceso unitario sería el peso cubano, cuya cotización aproximada es, en este momento, de unas 24 unidades por dólar. Pero también circula por el país el CUC, el peso convertible, que tiene una cotización fijada por el Estado cubano de uno a uno con la divisa estadounidense, cifra a la que habría que restar el impuesto que se le aplican a todas las operaciones de cambio que se realizan sobre la moneda del ya ‘entrañable‘ enemigo.

En cualquier caso, el quiz de la cuestión está en cómo se dota de poder adquisitivo a ese peso cubano original con el que ahora los ciudadanos no pueden comprar demasiadas cosas. O, alternativamente, en cómo se consigue que bajen los precios, algo infinitamente menos probable, seguramente, porque a estas alturas resulta mucho más complicado.

Aunque, al final, la viabilidad de un proyecto que, más pronto o más temprano, tendrá que abordarse va a depender, sobre todo, de otra cosa. Lo importante sería saber con cuántas reservas de divisas cuenta Cuba como respaldo de su moneda. Un acercamiento clásico a la cuestión, pero que, incluso en pleno siglo XXI, resulta difícil de eludir a la hora de abordar los equilibrios entre las divisas en los mercados internacionales y la propia fiabilidad del dinero emitido por un Estado de cara a su propia población. Y, en este aspecto, el problema, al menos hasta ahora, es que esa cifra, absolutamente necesaria, es uno de los secretos mejor guardados de la Isla. Y todo parece indicar que lo seguirá siendo.

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