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Los cubanos que trabajan por cuenta propia cobran cada vez más importancia en la política de la Isla

En 15 días...

La importancia que ha cobrado el ‘cuentapropismo‘ como fenómeno de presente y futuro que puede marcar el camino de la Isla en los próximos tiempos es innegable. La importancia que ha cobrado el ‘cuentapropismo‘ como fenómeno de presente y futuro que puede marcar el camino de la Isla en los próximos tiempos es innegable. Y buena prueba de ello es que la próxima sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, esa suerte de parlamento a la cubana, va a estar centrada, de modo casi exclusivo, en debatir el fenómeno y las condiciones ambientales en las que actualmente debe producirse su crecimiento.

Estas incipientes empresas, en su mayoría familiares e incluso unipersonales, aseguran por una parte el abastecimiento de las necesidades primarias de sus promotores, en su mayor parte ‘emprendedores‘ a la fuerza, pero no en todos los casos. Y también, sobre todo en la medida en que se va cumpliendo aunque sea a trancas y barrancas la primera premisa, garantizan una paz social que, en las complicadas circunstancias de este empobrecido país, no siempre es fácil de conseguir en todo momento. A la vez, claro, el ‘cuentapropismo‘ está también en la raíz de muchas pequeñas y grandes corruptelas. Sobre todo por las dificultades que existen para conseguir suministros o puntos de venta, sobre todo por la existencia, de momento, de un solo importador, el Estado cubano.

Pero, con todo, habría que considerar positivo el fenómeno que está significando una puerta por la que la sociedad puede realizar una saludable aproximación a la tributación y a los beneficios que se derivan del trabajo personal de cada uno. Una experiencia desconocida hasta ahora por la mayoría de los habitantes del país que, sobre todo, por la vía de pagar impuestos y convertirse en contribuyentes van siendo cada vez más ciudadanos. Con todo lo que eso implica. Entre otras cosas, el derecho a exigir determinadas contrapartidas a cambio de la aportación personal que cada uno realiza para el sostenimiento de la maquinaria del Estado. Es desde luego, como decíamos antes, un fenómeno incipiente. Pero, todo se andará.

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