En la última Feria Internacional de La Habana se puso de manifiesto el interés de las autoridades cubanas por conseguir atraer inversores internacionales hacia la Zona Especial de Desarrollo que se impulsa junto al renovado Puerto de Mariel, en cuya remodelación han intervenido algunas renombradas empresas brasileñas como Odebrecht. En la última Feria Internacional de La Habana se puso de manifiesto el interés de las autoridades cubanas por conseguir atraer inversores internacionales hacia la Zona Especial de Desarrollo que se impulsa junto al renovado Puerto de Mariel, en cuya remodelación han intervenido algunas renombradas empresas brasileñas como Odebrecht. Sin embargo, por ahora, los empresarios con intereses en Cuba, sobre todo aquellos que tienen más experiencia en tratar con las autoridades de la Isla en asuntos relacionados con la economía y el comercio, han acogido la iniciativa con bastante frialdad.
Hay algunos motivos que explican, al menos desde el punto de vista de estos veteranos, como mínimo la cautela ante los proyectos propuestos. Más que nada, porque esta no es la primera ocasión en la que desde La Habana se intenta poner en marcha una iniciativa como esta. De hecho, hace unos años, en 1997, el Gobierno cubano ya puso en marcha un experimento similar que, por cierto, sí contó en principio con una gran respuesta de los inversores internacionales y que, sin embargo, terminaría casi como un fiasco. No se cumplieron los objetivos iniciales y, además, La Habana traspasó al ‘limbo de los justos‘ muchos de los compromisos contraídos con los empresarios interesados en esa apuesta que se decidieron a arriesgar y finalmente perdieron más de lo que ganaron con una apuesta que, como sucede ahora, parecía destinada a consolidar el proceso de apertura de la economía cubana que impulsaban, teóricamente, las autoridades de la Isla. Aquello no acabó bien y de ahí la cautela de los que recuerdan una historia, bastante reciente, por otra parte.
Lo malo es que esta nueva propuesta tampoco empieza demasiado bien. O no del todo. De momento, a los empresarios internacionales les ‘suena mal‘ que la contratación de personal no se haya liberalizado, algo con lo que se contaba y que hasta se dijo en algún foro ‘reservado‘. No hay tal, la agencia estatal empleadora sigue como intermediaria.
