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El Gobierno cubano no parece tener prisa por completar las reformas

En 15 días...

La paciencia es una virtud indispensable en Cuba. En la de antes y en la de ahora. Sobre todo si uno es un sufrido ciudadano que confía en las reformas económicas prometidas por La Habana para mejorar sus posibilidades de asegurarse cada día una subsistencia, más o menos, digna. La paciencia es una virtud indispensable en Cuba. En la de antes y en la de ahora. Sobre todo si uno es un sufrido ciudadano que confía en las reformas económicas prometidas por La Habana para mejorar sus posibilidades de asegurarse cada día una subsistencia, más o menos, digna. Lo cierto, es que en lo tocante a este asunto, que lleva ya unos cuantos años de anuncios e implementaciones, siempre limitadas, casi cada dos por tres se confirma que los tiempos a la hora de aplicar las prometidas reformas económicas no son, ni mucho menos, aquellos que los ciudadanos más optimistas esperaban. La prometida liberalización de los sectores productivos va muy lenta, no llega a producirse en su totalidad en ninguna actividad concreta y, además, no está exenta de algún inexplicable paso atrás como el reciente episodio del obligado cierre del negocio al que se ha forzado a los propietarios de las cafeterías en las que se proyectaban películas en 3D. Una decisión que, según las últimas pistas disponibles, podría revertirse. Algún día.

El último ejemplo, hasta ahora, de ese transcurrir distinto del tiempo en los relojes de la población y del Gobierno, para nada sincronizados, se ha producido en estos días alrededor de la velocidad que se esperaba para que se completara el proceso de reunificación monetaria, cuya próxima puesta en marcha ha sido anunciada no hace mucho por las autoridades económicas de la Isla. Por si alguien lo dudaba, las últimas noticias al respecto que llegan desde círculos colindantes con el Gobierno rebajan bastante las expectativas iniciales.

Aunque sea extraoficialmente, los cubanos de a pie han recibido estos días con claridad un mensaje inequívoco para que, de momento, no esperen que el milagro se produzca en pocos meses. El exministro de Finanzas de Cuba José Luis Rodríguez, quien diseñó, hace dos décadas, el actual sistema de doble moneda vigente en Cuba, ha advertido en un artículo publicado en el portal de Internet cubacontemporanea.com, que su ‘desmontaje’ será complejo y no podrá completarse en un periodo inferior a tres años. O sea que el año que viene no y el siguiente tampoco.

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