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El Gobierno cubano renuncia a controlar el consumo de energía

EL GOBIERNO CUBANO ha tirado la toalla y ha enterrado definitivamente la idea de mantener bajo control el consumo energético de la población. EL GOBIERNO CUBANO ha tirado la toalla y ha enterrado definitivamente la idea de mantener bajo control el consumo energético de la población. Un propósito que se convirtió en el centro de la última gran iniciativa de Fidel Castro antes de dejar el poder. Un símbolo de aquel empeño fue la distribución a precio subvencionado de ‘ollas arroceras‘ de fabricación china y bajo consumo. Gran parte de la población se comprometió a pagar a crédito aquellos electrodomésticos que fueron un completo fiasco. Muchos de los afectados dejaron de abonar los plazos y se produjo una mini crisis social, que finalmente, ha llevado a La Habana, a abandonar cualquier intento de control del consumo energético.

Pues bien, el Gobierno cubano, mediante sendas resoluciones del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) y del Banco Central de Cuba (BCC), publicadas en edición extraordinaria por la Gaceta Oficial, ha anunciado la ampliación de créditos bancarios a la población para la compra de equipos utilizados en la cocción de alimentos, desde ollas y cocinas eléctricas hasta cazuelas, cafeteras y jarros.

La medida deja sin efecto la puesta en marcha en 2004, como parte de la “revolución energética” impulsada por el entonces gobernante Fidel Castro.

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