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La cúpula cubana inicia el desmantelamiento del poder local

LENTA Y MINUCIOSAMENTE la veterana élite que ostenta el poder en Cuba desde la retirada de Fidel Castro continúa con el desmantelamiento de las estructuras alternativas de mando que pudieran hacerles sombra. LENTA Y MINUCIOSAMENTE la veterana élite que ostenta el poder en Cuba desde la retirada de Fidel Castro continúa con el desmantelamiento de las estructuras alternativas de mando que pudieran hacerles sombra.

Raúl Castro y Ramiro Valdés, las dos figuras más destacadas de este reducido grupo, empezaron por devastar el Partido Comunista que ya se ha convertido en una especie de oráculo inexistente al que se convoca para que certifique, de modo sumiso, las decisiones que toman los jefes del Consejo de Estado. Y, ahora le toca al poder local, a las asambleas provinciales y locales del Poder Popular, donde, quizá como consecuencia de la endémica crisis de liquidez y la necesidad de sobrevivir, se habían empezado a detectar algunos comportamientos quizá demasiado ‘autonomistas‘ para el gusto de La Habana.

De momento, se trata de un proyecto piloto, que se pondrá en marcha en la provincia de Mayabeque, pero el plan es extenderlo rápidamente al resto de Cuba.

Se trata de dejar la gestión de los temas importantes, el verdadero gobierno provincial y local en manos de un Consejo de Administración Provincial que es el que toma las decisiones, eso sí, supuestamente tutelado por la Asamblea, que es la que se elige a través de los votos populares, en el ya peculiar y controladísimo sistema electoral cubano.

Pero, incluso así, habían aparecido algunos ‘diputados‘ y responsables algo puntillosos y con pensamiento propio. Con la instauración de estos ‘consejos de administración‘, cualquier posibilidad, por pequeña que fuera, de disidencia quedará eliminada totalmente.

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