EL CONSEJO DE MINISTROS de Exteriores de la UE aprobó el pasado lunes día 10 de febrero lanzar un proceso de negociación con Cuba, destinado a mejorar las relaciones bilaterales, especialmente en lo económico. EL CONSEJO DE MINISTROS de Exteriores de la UE aprobó el pasado lunes día 10 de febrero lanzar un proceso de negociación con Cuba, destinado a mejorar las relaciones bilaterales, especialmente en lo económico. Las reuniones comenzarán pronto, posiblemente en La Habana, y se extenderán durante el tiempo que haga falta, hasta llegar a ese gran acuerdo final que todos dicen esperar y que fijará a medio plazo las reglas mínimas del entendimiento entre ambas partes. Mientras tanto, Bruselas mantendrá la famosa Posición Común, que impulsaron José María Aznar y Valclav Havel, en la década de los noventa del pasado siglo. Antes, para la Isla, este asunto era innegociable. Exigían su retirada como paso previo. Ahora, unos aseguran que será revisada y los otros pasan por encima del asunto, sin casi mencionarlo. Esa es la parte buena. La mala es que el proceso puede llegar a durar dos años. Demasiado para quienes están pendientes de los aranceles porque trabajan en industrias cubanas que fabrican para la exportación y se han visto perjudicados desde el 1 de enero con un aumento promedio del 4% al 24%. Hay rubros vitales como el níquel que no pagaba arancel y ahora tendrá que abonar un 2,4%. O el tabaco, en el que se abonaba un 17% y ahora se paga un 25%. Todo porque Cuba, que sabía que iba a quedarse fuera del Sistema de Preferencias Arancelarias tras el aumento de su PIB Per Cápita no se anticipó al movimiento estableciendo una temática para abrir la negociación. Ahora, con este nuevo clima, quizá, según creen algunos diplomáticos, puedan encontrarse atajos para que asuntos como este de los aranceles, de verdad urgentes, se resuelvan en poco tiempo. Quizá en unos meses…
