MARINO MURILLO, jefe de la comisión que coordina las reformas adoptadas por el gobierno del presidente Raúl Castro, tomó la palabra en una de las sesiones del Congreso de la Central de los trabajadores cubanos, clausurado el pasado 22 de febrero, donde explicó ante los 1.200 delegados asistentes algunos de los detalles e impactos de la aplicación de las políticas de cambios aprobadas en el último congreso del PCC. MARINO MURILLO, jefe de la comisión que coordina las reformas adoptadas por el gobierno del presidente Raúl Castro, tomó la palabra en una de las sesiones del Congreso de la Central de los trabajadores cubanos, clausurado el pasado 22 de febrero, donde explicó ante los 1.200 delegados asistentes algunos de los detalles e impactos de la aplicación de las políticas de cambios aprobadas en el último congreso del PCC.
Murillo comenzó su alocución diciendo que la economía cubana “tiene una asignatura pendiente: generar riquezas eficientemente” y, para ello, hace falta tener una estructura primaria sólida, que se logra a partir de políticas gubernamentales y nunca “a corto plazo”. “Hacer este proceso en Cuba, sin deteriorar las conquistas sociales, es un reto grande, porque no solo pesa el ángulo económico y no habrá terapias de choque, nadie quedará desamparado, aunque habrá que seguir esforzándose mucho en los sectores más productivos de la economía, y el movimiento sindical se tiene que apuntar a esos cambios”, especificó Marino Murillo.
El XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) reunió en La Habana a más de 1.200 delegados de los 17 sindicatos nacionales y el acto de clausura estuvo presidido por el presidente, Raúl Castro.
